¡Joven! a ti, que te ha tocado vivir en esta época incierta, plagada de desastres e injusticias; época de violencia y guerras causadas por el materialismo del hombre actual; por el egoísmo y la envidia los amos del sistema se han encargado de inculcar cuidadosamente en el noventa y nueve por ciento de la población.
Tu, joven, que formas parte del uno por ciento de la población que no ha sido infectado por ese mal creado por los amos del sistema; de ese uno por ciento que hemos decidido alzar la voz ante las injusticias y la corrupción de los amos del sistema.
Joven, ante estas palabras no debes pensar que tu futuro está perdido, ¡no!,¡ jamás! Muy por el contrario, estas palabras deben alentarte a luchar; porque tú eres el futuro de nuestra raza, de nuestra doctrina, y, por supuesto, de nuestro mundo.
Joven, no llores por un pueblo que lucha, lucha por un pueblo que llora. El honor, la paz y la libertad del pueblo aryo están en tus manos, pero, con un gran poder viene una gran responsabilidad. Vive conforme a los valores que nuestros maestros nos han dejado como legado, y por supuesto, conforme a lo que dios te dicte, porque solo el podrá guiarte en tu lucha, y alentarte cuando creas que no puedes continuarla.
Dios está contigo joven camarada, el te guiara en tu lucha, y tú debes dejarte guiar.
No temas el futuro, porque te pertenece. Joven, ¡¡el futuro es tuyo!!